La Sagrada Familia
Por Julián de Velasco y Jesús Gil.
Julián nos cuenta:
‘A mediados de marzo, pocos días después de que se anunciara el viaje del Papa a Barcelona para dedicar la Sagrada Familia, Jesús Gil me lanzó el guante: es un temazo, como infografista no puedes dejarlo pasar.
Yo le devolví el guante, acompañándolo con el de la otra mano: ¿hacemos ese gráfico juntos?
Jesús accedió. De hecho, llevó la parte ardua del trabajo: recopilar toda la información posible, analizarla y ordenarla. Lo que consiguió, por cantidad y profundidad del análisis, aseguraba el éxito del gráfico: sería interesante y riguroso.
En esa etapa de búsqueda de fuentes, se dio un hecho insólito: el intercambio de información con el equipo de Fernando Baptista, que estaba realizando un trabajo sobre el mismo tema para National Geographic (lo han publicado en diciembre). Fue una colaboración informal, posible por la amistad entre Fernando y Jesús, y porque nos enviamos material en bruto, sin elaborar. Además, por respeto a la privacidad, en ningún momento nos desvelamos cómo plantearíamos nuestros gráficos, que por otro lado se publicarían en mercados diferentes. Si se comparan las dos infografías, se aprecian puntos en común pero también apuestas informativas diferentes.
Con la documentación masticada, la pelota pasó a mi tejado: me encargaba de la parte gráfica.
En agosto, conseguimos reunirnos un día en Burgos (Jesús vive en Roma y yo en Madrid). Pusimos en claro la estructura de la infografía, que era consecuencia de nuestra síntesis de la Sagrada Familia: unidad entre forma y función, y simbología de cada piedra.
Mientras Jesús pulía una y otra vez los textos hasta llegar a la edición final, yo iba realizando las piezas que encajarían con ellos y a la vez armarían toda la parte visual. Jesús me ayudó a mantener los pies en el suelo, y a que los gráficos e ilustraciones tuvieran el equilibrio justo entre espectáculo e información.
En octubre visité el templo y vi sobre el terreno las obras, el desarrollo del edificio y sus retos. Uno de los arquitectos encargados de los trabajos me acompañó: aclaró dudas y respondió a las preguntas; ésas que, si no es de primera mano, jamás se solucionan, y que uno es capaz de hacerlas cuando antes ya ha estudiado la documentación.
Para los gráficos, nos basamos en fotos del edificio y de las maquetas del propio Gaudí, aparte de algunos planos en alta resolución que nos pasó Fernando. La sección de la nave, que ocupa la parte central del gráfico, fue una pequeña obra de ingeniería para armar la visión general a partir de trozos con perspectivas diferentes.
El gráfico comenzó a crecer entre correos electrónicos de ida y de vuelta, pero llegó un momento en que tuvimos que parar para llegar a tiempo a la fecha de publicación. La cabeza se dispara y los retoques pueden alargarse hasta el infinito, así que darla por terminada fue una pequeña liberación’.