Antonio Lucas es un literato como la copa de un pino. Lleva letras en la sangre; si se le pincha surge a borbotones un soneto. Expectación en Madrid por ver su libro de poesía, que saldrá por abril, un mes muy propicio para el romance.
Lucas entrevista a la fotógrafa García Rodero en las páginas de EL MUNDO, fue ayer, pero da igual, ha quedado para siempre: ‘A Cristina la melena se le parte en dos en lo alto de la cabeza. Trae algo de echadora de cartas. Es una mujer de hueso breve con los ojos prolongándose hacia fuera’. Gracias Antonio, eres un portento describiendo las cosas.
Cristina se sincera: ‘La fotografía es mi forma de relacionarme con las cosas, con la gente, y de releer todo aquello que resulta inexplicable. Cuando miro a través del visor encuentro algo que siempre he deseado mucho ver. Las emociones auténticas hay que vivirlas, pero no necesariamente comprenderlas’.
Sorprendentes o, quizás no, son las letras de Luis María Anson en ‘Las Cartas Boca Arriba’, ayer también en EL MUNDO, en una carta dirigida a Fernando Jáuregui, director de ‘diariocrítico.com’: ‘Tienes razón, además. Hay que agrupar esfuerzos y los periódicos digitales españoles pueden y deben encontrar denominadores comunes para poder competir’. ¿Aviso a navegantes?
Jáuregui consideró ‘inevitable’ la concentración en la prensa digital hispana: ‘O lo hacemos nosotros mismos, o nos obligarán a hacerlo los anunciantes’. Se despachó así en el Foro de la Nueva Comunicación, organizado por Nueva Economía Fórum.
Y hoy descubrimos que el CIS, el Centro de Investigaciones Sociológicas que pagamos todos los ciudadanos, quiere establecer un umbral mínimo para incluir a líderes políticos en las preguntas que formula en sus encuestas: el 1% del censo electoral estatal. Se aplicaría a la valoración de líderes, pero no a la intención de voto.
PSOE, PP, IU y CiU superaron ese umbral. Se quedan fuera los líderes de PNV y UPyD . No es casualidad: en el último CIS, Rosa Díez se acercaba al 3% en intención de voto. Demasiados riesgos para la autoridad; esa progre, ¡fuera del CIS ya, no nos vaya a fastidiar la próxima legislatura!