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La competición de la SND americana en la categoría de infografía siempre ha sido dura. Los jueces tienen que ver miles de diseños de páginas y cuando llegan a los gráficos ya no están para bromas.

Se les salen los ojos del bombardeo visual al que son sometidos. Llevan varios años dejando desiertos los oros, la máxima distinción. Es difícil entrar en la plata y el bronce. Por eso, cada vez que nos dan un premio lo valoramos infinitamente.

Este año, la serie de láminas, cinco en total, para la cobertura de los JJOO de Pekín en EL MAGAZINE y la serie de gráficos publicados en NAÚTICA han tenido su reconocimiento.

Estos trabajos son extraordinarios. Porque no son el trabajo habitual del departamento (el diario consume mucha pieza fija y bastante trabajo diario) y porque añaden un valor visual extra.

Para los JJOO, se pensaron unas láminas distintas, no las clásicas de los deportes o las previas. Se apostó por algo conceptual y filosófico, cómo se forja un campeón chino, cuál es la tradición deportiva china o cuáles son los récords de China (no sólo los deportivos).

Se ilustró en forma de ‘collage’, un lenguaje no habitual en los diarios. Han sido las chicas del departamento las que han triunfado, Isabel González, Beatriz Santacruz y Maite Vaquero. La documentación la controló Carlos Fervisán.

En cuanto a las láminas de Náutica, el departamento hace un esfuerzo importante por cuidar el suplemento. Rafael Estrada, un histórico de la infografía en España y un apasionado de los barcos, realiza habitualmente estas infografías, sacando tiempo en su apretada agenda diaria.

Su información es la más rigurosa en temas náuticos en España y posiblemente en Europa. Su afición le viene de familia.

La información pocas veces se valora en los gráficos, se busca más el impacto visual, cuando lo importante es el contenido. La documentación estuvo coordinada por Héctor Atienza, desde Valencia.

Es el empujón extra lo que motiva a los ilustradores e infografistas frente a retos de este tipo. Nos ilusionamos con este tipo de proyecto e intentamos dar lo mejor, pese a saber que vamos a sufrir ‘un poco’ para llegar a cubrir todos los frentes abiertos. Al final, el esfuerzo tiene su recompensa.