Este es el logo para M2016. Representa una mano con los colores olímpicos que encierra una «M» mayúscula. Obra del diseñador gráfico Joaquín Mallo, argentino nacionalizado español de 26 años y residente en Madrid, quien ganó el concurso de ideas para encontrar una nueva imagen para M2016.
El logotipo de M2012 La llama olímpica creada por Javier Mariscal (el creador de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona)
A principios de 1992, en la Universidad, Miguel Angel Jimeno estaba buscando periodistas para editar el Periódico Oficial de los JOO de Barcelona. Yo empezaba a aplicar las técnicas de diseño, impartidas por Jesús Zorrilla, en el ordenador y fui reclutado para realizar las infografías del diario. Hicimos un diario desde cero. ¡En Barcelona! ¡Antes, durante y después de los Juegos! Fue una experiencia inolvidable.
El diario oficial de los Juegos Olímpicos Barcelona ’92 en Unav.es.
El diario oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona nació en la Facultad. Se hizo por obra y gracia de un acuerdo suscrito con IBM.
IBM había ganado el concurso del equipo informático para los JJOO de Barcelona (El País, 1988). Joan Munt (directivo de IBM), Rafael Macau (Sistemas Informáticos del Comité Olímpico Organizador de Barcelona (COOB 92) y August Montserrat (director de la Oficina Olímpica de IBM ) fueron los responsables de la firma para el suministro e Sistemas Informáticos. De esta forma, la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra pudo disfrutar durante una buena temporada de la famosa ‘Aula IBM’, ubicada en la primera planta de la antigua Biblioteca. A cambio, existía la posibilidad de que IBM, patrocinadora del evento, abanderara el diario oficial de los Juegos. Y así fue.
Barcelona se convirtió en sede deportiva y cultural de los Juegos Olímpicos de verano, pero por detrás también se desplegó una compleja red de tecnologías y sistemas informáticos como no se había visto nunca antes en ninguna olimpiada anterior.
El pistoletazo de salida fue allá por octubre-noviembre de 1991. La empresa BEGA (Ricardo Bermejo y Luis Garballo) se encargó de hacer el diseño. Y la sede donde se gestaron tantas cosas, el semisótano del Edificio Central, donde está ahora el Legado Ortiz Echagüe.
La expedición estuvo conformada por Miguel Angel Jimeno (Pamplona), Anna Nogué (Girona), Eduardo y Juantxo Cruz (Pamplona), Guillermo Nagore (Pamplona), Pablo López (Madrid), David Newbart (Chicago, Illinois), Fernando López Urdín (Pamplona), Roser de Manuel-Rimbau (de Girona), Kiko García Colau, y John Fealy (Burbank, California). Dejemos hablar a algunos de ellos.
Rafael Macau, director de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, fue el responsable de Sistemas Informáticos del Comité Olímpico Organizador de Barcelona (COOB 92): «Una de las tareas más complicadas fue definir la arquitectura integrada, algo que no se había hecho nunca antes. Por suerte , esta nueva red de sistemas y tecnologías informáticas se pudo probar durante el año 1991 y se pudo mejorar de cara a los Juegos Olímpicos» (entrevista completa en la UOC.)
August Montserrat, director de la Oficina Olímpica de IBM para las Olimpiadas: «Cuando pensamos que no habría casi tiempo para reaccionar ante posibles errores durante los días de celebración, nos dimos cuenta de la necesidad de personal muy cualificado y muy motivado». «Los dos grandes ordenadores centrales acumulaban una memoria de 140 GB, mientras que se desplegaron 4.600 PC para el personal olímpico que tenían 3MB y 4MB de memoria interna».
Juantxo Cruz (’93): “Éramos la envidia de los compañeros de clase: los elegidos para la gloria ateniense. Una anécdota fantástica: la última semana en Barcelona, IBM nos invitó al super-barco-crucero que había reservado en el puerto olímpico para alojar a los huéspedes ilustres que ya no entraban en los abarrotados hoteles del anillo.
Nos informaron de que el barco era la monda y, sobre todo, de que ¡tenía piscina! Nosotros nos quedamos con el eco de la piscina y, claro, nos presentamos allí en chancletas, bañador y una camiseta amarilla con un logo de un oso que nos habían regalado el día anterior en otro festejo de la candidatura alemana para los Juegos Olímpicos de 2000. De foto.
La comida resultó ser una mega reunión ejecutiva: todo el mundo de riguroso traje y corbata. Nos pusimos en un rincón, pero con aquellas camisetas amarillas no había forma de pasar inadvertidos. Nos escapamos a cubierta y encontramos la famosa piscina de la cual dimos buena cuenta, saltos olímpicos, volteretas estilo Enola Gay y demás gracias. Los ejecutivos pasaban por cubierta y no daban crédito.
En el fondo, nos envidiaban. Allí contactamos con la gente de Aldus, que luego nos llevarían diez días a San Francisco para rodar un anuncio, pero eso ya es otra preciosa historia. Mil hurras por Maragall, Cobi, IBM España, Coca-Cola y la Facultad de Comunicación”.
El COOB’92 editó el Diario Oficial de los Juegos, cuya producción estuvo a cargo de la empresa GS/MB, con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Navarra.
La contribución de IBM, socio colaborador del COOBY92, permitió disponer de la tecnología más avanzada en procesos de edición, tratamiento de imágenes, infografía y maquetación. El diario se planteó como un canal de información para la Familia Olímpica durante los días de los Juegos.
Los objetivos fueron: informar sobre los Juegos; poner de relieve los valores deontológicos del deporte (el juego limpio y el respeto al adversario) y del olimpismo (convivencia entre los pueblos y las diversas culturas, más alíá de la competencia), y presentar la realidad de Barcelona, Cataluña y España, y también su tradición hospitalaria y su adhesión al Movimiento Olímpico.
De esta publicación, que se editó desde el 20 de julio hasta el 12 de agosto, se hizo un tiraje de 50.000 ejemplares, distribuidos gratuitamente entre los miembros de la Familia Olímpica repartidos por las diversas unidades, hoteles oficiales e instituciones.
De cada número se hacían dos ediciones diferentes, una en catalán e inglés y otra en castellano y francés, cada una de las cuales contenía un pliegue central en color, con publicidad de los principales patrocinadores del COOB’92.
El equipo del Diario Oficial de los Juegos estaba formado por 47 personas. La redacción y la dirección se instalaron en las dependencias del CPP, donde tenían acceso inmediato a los servicios de información del Acceso Múltiple a la Información y a la Comunicación (AMIC), la Agencia Olímpica, las agencias internacionales de prensa, etc.
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