The London Evening Standard lanza una campaña de publicidad, realizada por McCann Erickson, de tres semanas en la que pide perdón a sus lectores por el periodismo facturado en los últimos años.
El 11 de mayo el diario londinense se ofrecerá en los quioscos con una nueva imagen tras la compra por el magnate ruso Alexander Lebedev.
Curiosa forma de relanzarse.