Cualquier combinación de textos, fotos y dibujos no es una infografía. Tampoco diseño, o buen diseño.
El propósito debe ser informar, en el riguroso sentido de la palabra. Con alma.
Los textos son necesarios, pero cuanto menos, mejor (el famoso Show Don´t tell).
Las fotografías son útiles si cuentan la historia, no ve vale una silueta de un futbolista (¿preparados para un tsunami?). Sí me vale un antes y un después, o un escenario sobre el que se explica algo.
Los dibujos generalmente no aportan nada, salvo si es una ilustración técnica que explica qué pasa dentro de algo o cómo funciona algo.
Estrictamente sería así.
Y se nos olvida la representación gráfica de los datos: las tartas, las barras, las fiebres, hasta las bolas si nos apuramos. Las formas de representación estadística clásicas. Y los mapas.
Esta infografía no está muerta. Existe, en cambio, otra que es mejor enterrarla, pero me temo que también campa a sus anchas. !Y no digamos en laboratorios llamados visuales!
VER AQUI.
Infografía de desarrollo y programación. Computación extrema. Sin alma.
El "alma" se la ha cepillado la crisis de un golpe seco y acertado. Justo cuando miraba para otro lado, ahí le han dado. Por la espalda y sin avisar.
Mira que sois profundos. No te pillo. Debo ser muy simple.