Muntadhar al-Zeidi, famoso por lanzar sus zapatos a Bush durante una rueda de prensa en Bagdad, ha sido condenado a tres años de cárcel por aquellos hechos (le podían haber caído 15 años por intento de agresión a un líder extranjero).
Ahora tampoco pide perdón ni se arrepiente: ‘Lo que hice fue una reacción natural por los crímenes cometidos contra el pueblo iraquí’.
La condena es excesiva, pese a que su conducta es un mal ejemplo para la profesión. Sí le valió fama mundial.