El 29 de octubre de 1969 a las 22.30h. se lograron interconectar un ordenador en la Universidad de Stanford con otro que se encontraba en la Universidad de California.
Para los medios informativos todo fue muy bonito hasta que llegó la crisis. Hoy el periodismo está despachando plantillas por doquier.
En el informe ‘Reconstruction of US journalism’ (Columbia University) se recomienda pedir dinero al estado para salvar el periodismo. Será para salvar a sus directivos y arruninar la libertad de prensa. Un desastre de documento, en el que se anima a que los periodistas se establezcan por su cuenta, que se reorienten hacia lo local (¿mirarse el ombligo hasta morir y dejarles en paz?) y reconvertir la industria en una serie de organizaciones sin ánimo de lucro (¿pretenden que Murdoch lea el informe?). Cumpleaños feliz.
Un último estudio de Geoff Northcott visualiza la caída de las audiencias únicas en Internet de los diarios online en EEUU y el aumento del tráfico en las redes sociales, unos datos nada optimistas para el año que llega.
La industria navega en busca de un modelo de negocio rentable, es decir, de pago. Pero los consumidores no quieren pagar, según una encuesta de Media Week en el Reino Unido.
El New York Times no sabe qué hacer, según las palabras de Bill Keller, publicadas NiemanLab, ni con el pago ni con la integración. Su apuesta es tecnológica, puede contratar a 14 técnicos, pero despide a cien periodistas.
Ante el 40 cumpleaños, pese a todas las demostraciones de felicidad editorial que veremos la próxima semana, el barco informativo continúa sobre arenas movedizas en una tierra desconocida. Y parece que va para largo.
Unas palabras para reflexionar, de Jeff Goertzen, en 233 grados: ‘La realidad es que los departamentos de … (ponga el que quiera) no tienen recursos para hacer muchos … (trabajos) multimedia. Hasta en mi departamento en el …(ponga el periódico que quiera) somos «esclavos» del diario’. O sea, que mientras se rema no se puede limpiar la cubierta.