Soy libre para hacer lo que quiera cuando quiera
Soy libre para hacer lo que quiera cuando quiera
Ámame, abrázame, ámame, abrázame
Soy libre para hacer lo que quiera cuando quiera
Soy libre para cantar mi canción sabiendo que ya no mola
Soy libre para cantar mi canción sabiendo que ya no mola
Ámame, abrázame, ámame, abrázame
Soy libre para hacer lo que quiera cuando quiera
Soy libre para escoger lo que veo cuando quiera
Soy libre para llevar lo que elijo cuando quiera
The Rolling Stones.
1965
El modelo de ofrecer todo gratis confiando en que la publicidad costearía los gastos se ha roto. No funciona.
Rupert Murdoch (News Corp) dice que no. Hasta los Rolling pasan el sombrero por la caja de iTunes. 2009. 15 años de libertad total han estado bien, pero Rupert quiere poner el punto final. En un año, afirma que cobrará. The Guardian Media Group también se apunta. En busca de un nuevo modelo.
Jeff Jarvis o Chris Anderson (editor de Wired) no entienden a Murdoch. Mejor, Murdoch no entiende de la web, eso dicen. Si empiezas a cobrar por los contenidos, la audiencia se reducirá y con ella la publicidad.
Para Clay Shirky, gurú de la red, en las revoluciones ‘lo viejo se rompe más rápido que lo que tarda lo nuevo en implantarse’ (…) ‘ Ni los revolucionarios pueden predecir lo que ocurrirá’.
Un libro (17 dólares):
Free: The Future of a Radical Price
Chris Anderson
Julio de 2009
El nacimiento de un nuevo modelo económico: la gratuidad en Internet es inevitable.
Un ‘software’ musical (gratis):
Spotify (Suecia)
Un sitio (gratis):
Clay Shirky
Un blog (gratis):
The Buzzmachine (Jeff Jarvis)
¿Cobrar? Por todo no lo veo, los lectores se irían… La clave es ofrecer un valor añadido que justifique el pago al usuario, como hace Softonic, que ofrece descargas en dos modalidades: de pago, garantizadas sin virus y rápidas; o gratis, más lentas y sin garantías.
Igual puedes cobrar por bajarte la página en pdf, ya hay medios que lo hacen, o por alertas…
O por sindicar contenidos…
Es un momento apasionante.